Partiendo de la base de un local de generosas dimensiones pre-acondicionado para una actividad similar hemos comenzado por una primera fase de “inventario” en la que valorar los recursos existentes susceptibles de ser recuperados mediante su correspondiente restauración o personalización para optimizar al máximo la inversión del cliente. Dada la gran superficie del local se resuelve el estudio de la zonificación y circulaciones generando distintas áreas de servicio con las que el cliente pueda flexibilizar los recursos dependiendo de los horarios, la disponibilidad de personal o el tipo de evento a afrontar. Cada una de estas áreas matiza de forma característica la personalidad conjunta del local. Zona más informas con mesas altas y taburetes, zona flexible con bancada o zona más íntima, más resguardada con mesas bajas. Todas ellas vestidas con un carácter japonés marcadamente urbano y ligeramente trasgresor claramente reconocible pese a ser poco habitual.